Los arquitectos de las decisiones pueden mejorar en gran medida la vida de los demás diseñando entornos amigables para el usuario. A veces la arquitectura es muy visible y a los consumidores o a los ciudadanos les gusta mucho.
En la economía del comportamiento, aquella que estudia cómo los factores psicológicos, sociales o cognitivos afectan las decisiones económicas de los individuos, las personas necesitan un un pequeño empujón.
Nuestras percepciones y decisiones dependen del modo en que se organizan ante nosotros las diferentes opciones. Gobiernos y empresas, pero también padres, profesores y médicos, se convierten así en una especie de «arquitectos de la elección-decisión».
Diseñar el empujón apalancados en metodologías como Design Thinking que explora problemas que se pueden resolver sólo mediante la innovación: servicios médicos prohibitivos o no disponibles, miles de millones de personas intentando vivir con sólo unos cuantos dólares al día, un uso de la energía que sobrepasa la capacidad del planeta para mantenerla, sistemas de educación que decepcionan a muchos estudiantes y empresas cuyos mercados tradicionales se ven perturbados por nuevas tecnologías o cambios demográficos.
Todos estos problemas tienen a las personas como su centro. Requieren un enfoque creativo, iterativo, práctico y centrado en las personas para hallar las mejores ideas y soluciones disruptivas y definitivas.
Design thinking y la arquitectura de las decisiones son extraordinarios aliados y dan paso con su enfoque a la innovación de la influencia. 👌
Fuentes:
Design Thinking por Tim Brown 2008,Harvard Business School Publishing Corporation
Nudge, El impulso que necesitas para tomar mejores decisiones. Sunstein & Thaler (premio nobel de economía 2017)